Fernando Torres nos atiende a 10.000 metros de altura. El avión chárter de la selección española va camino de Estambul y cuando sobrevuela el Peloponeso, el delantero del Liverpool abandona su butaca 32A para hablar con VOGUE.
En la parte de atrás del avión deja a Reina, Villa, Llorente y Cazorla jugando a ‘la pocha’, el juego de naipes más popular en todos los equipos de fútbol. A él no le van las cartas y acaba de ver la película ‘300’ en su ordenador portátil. El pasado 20 de marzo cumplió 25 años, pero siempre será el Niño. “Es lo que me toca, no se puede cambiar el apodo, no depende de mí”, afirma con esa sonrisa pícara de querubín rodeada de pecas. Fernando va vestido con el pantalón y la camisa entallada del traje italiano elegido por Hierro, director deportivo de la Federación, para los internacionales. Torres viaja descalzo, después de liberarse para cuatro horas de vuelo de los lustrosos zapatos, también italianos, que portan nuestros internacionales. Lleva la camisa por fuera, pero el nudo de la corbata perfecto. Se atusa su popular pelo rubio, ordenadamente alborotado, mientras explica a una veintena de aficionados, que viajan invitados por un patrocinador de la Federación y se arremolinan a su alrededor, que les atenderá cuando acabe la entrevista. “No sé va oír con el ruido”, dice al coger en su mano la grabadora una vez sentado en el asiento 21C. Y este mito del fútbol español, gracias a su golazo a Alemania en la final de la Eurocopa el pasado 29 de junio de 2008, empieza a responder pausado y reflexivo.
“Siendo un niño, lo único que me gustaba era jugar; no sólo al fútbol, a cualquier cosa. Entré en el Atleti con 10 años, pero no veía si al final de la película me iba a dedicar a jugar al fútbol como una profesión. Con 10 años no es que piense en dejarlo, pero era mucho esfuerzo para mis padres y para mis hermanos llevarme a entrenar, era una hora de autobús o desde Fuenlabrada a Orcasitas, luego dos horas en dos autobuses para ir a Majadahonda. Era mucho esfuerzo hasta que a los 15 años el club se mete en medio y te paga unos estudios y te facilitan las cosas. Al empezar en el Atleti no me planteaba ser futbolista”.
- En esa etapa infantil, cadete y juvenil siempre has dicho que jugabas para divertirte, ¿se puede uno divertir jugando siendo profesional?Es mucho más difícil. Hay partidos que disfrutas, temporadas que disfrutas, momentos que disfrutas, pero ya es más complicado porque intervienen factores como la ilusión de mucha gente. De profesional, el fútbol ya no es un pasatiempos, hay muchas cosas en juego.
- Debutaste en el Atlético con 17 años, tuviste que madurar muy rápido, casi a la fuerza. A los 18 años eras capitán de un equipo centenario en horas bajas. ¿Te perjudicó tanta presión?Hubo muchos momentos malos y muchos buenos. Incluso, cuando debuté con el primer equipo no imaginaba que iba a ser futbolista toda mi vida. ¡Cuántos compañeros míos de juvenil o del segundo equipo han debutado y luego se han perdido! Era un paso más, cumplía mi ilusión de poder jugar al fútbol, pero era todavía una ilusión y no una realidad. Fue tan grande el cambio que quizás pase de disfrutarlo muchísimo a darme de bruces con la realidad. El fútbol ya no era para divertirme, ya no era un pasatiempos sino que era mi trabajo y empecé a ver todo lo que hay detrás de este deporte.
- ¿La cara oculta del fútbol es desagradable?El aficionado se sorprendería muchísimo de lo que rodea al fútbol y cómo se maneja a todos los niveles. Cómo chavales que debutan se pierden y acaban jugando en categorías inferiores, cómo jugadores de Primera han ido para abajo y otros han empezado tarde y han ganado un montón de cosas. La gente se piensa que los futbolistas son solo las grandes estrellas, pero hay mucho trabajo detrás, mucha gente que no llega, todo lo que rodea al fútbol profesional es diferente, el dinero que mueve, los intereses, los favores… Hay cosas que no son agradables.
- Fernando Torres se ha ganado estar donde está, pero ¿te consideras un privilegiado por haber llegado tan lejos?He tenido la suerte necesaria que hace falta. Me han respetado las lesiones, dentro de lo que cabe. He tenido una familia que me ha apoyado, que no me ha presionado. El entorno de los jugadores es muy importante y la gente que vas conociendo por el camino que de verdad te ayuda.
- Llega el salto a Inglaterra, ¿te piensas mucho cambiar de país, cambiar de cultura, cambiar de liga?Cuando surgió la posibilidad, no me lo pensé. Era la opción correcta. Estuve en Liverpool, pasé reconocimiento médico, estuve con la gente del club y prácticamente estaba todo hecho, pero hasta que no fui al Calderón y me despedí de la gente no me di cuenta de que me iba para no volver. Entonces me percaté de lo que cambiaba mi vida, ya no iba a estar en casa, ya no iba a estar con los amigos ni con la familia. Lo dejas todo por un sueño y tienes que volcarte y no sirve de nada mirar atrás y empezar a echar de menos cosas. Sabía que era mi oportunidad y tenía que ir a por ella.
- Visto lo visto, ¡un gran acierto!Nunca sabré que hubiera pasado si me hubiera ido antes, pero creo que fue en el momento oportuno. Ahora que conozco la Champions y he jugado esa competición, me arrepiento de no haberla jugado antes, aunque no estaba en mi mano. El mayor premio hubiera sido jugar la Champions con el Atleti, pero no pudo ser.
- ¿Ha cambiado mucho el día de día de Torres de España a Inglaterra?Cambia radicalmente. La presión mediática que existe en España allí no existe. En Inglaterra es una delicia estar, ir a entrenar sin medios de comunicación, sin aficionados, poder estar toda la mañana entrenando sin ningún problema, sin el qué dirá mañana la prensa porque ha habido un roce. Hay mucha más tranquilidad, termina el entrenamiento, te vas a casa y si no quieres saber nada más de fútbol, no lo vas a saber. La gente, aunque te conoce igual por la calle, te respeta mucho más, tienes más espacio que en España. El día a día como futbolista, cambia totalmente y eso es algo que yo valoro mucho porque me gusta estar a lo mío, que nadie esté encima de mí. En España era imposible.
- ¿Cómo llevas la fama?Tienes que acostumbrarte. Habrá a quien le guste más o menos o quien lo soporte más o menos. Yo siempre he sido una persona que me ha gustado estar con mi gente, estar a lo mío, sin meterme con nadie y eso lo he perdido y no lo voy a recuperar. Es así.
- Muchos tienden a pensar: “¡Con lo que gana, tiene que soportar eso!” ¿Realmente se compensa esa pérdida de intimidad con el apartado económico?Yo creo que eso del precio de la fama es un error. No compensa por el dinero, compensa porque quieres superarte, ser cada día mejor, quieres ganar títulos y disfrutar del fútbol. Compensa porque estás intentando hacer realidad tu sueño, no por el dinero. La gente cree que estamos pensando en dinero todo el tiempo. Habrá de todo, pero en mi caso, sinceramente, el dinero es lo que menos me preocupa.
- Hablando de dinero, ¿cuando se tiene un volumen de ingresos muy superior a la media llega uno a preocuparse por la gran crisis económica mundial, sois conscientes de la que está cayendo?Claro que soy consciente. Tengo amigos, familia que le afecta y cada uno, a nuestro nivel, nos repercute. A nosotros ahora con la caída de la libra nos afecta directamente, pero evidentemente no al nivel de otra gente que lo está pasando realmente mal, pero a todos nos afecta la crisis.
Fernando Torres es hogareño, suele pasar mucho tiempo en casa. Se ha montado todos los muebles de su casa de Liverpool. “O montas los muebles o te quedas con ellos in montar. Te los sueltan así en casa y hay que montarlos. No se me da mal, aunque siempre sobra alguna pieza y a veces se cae algún cajón”. Vive en Inglaterra con los horarios españoles y se trae las viandas de nuestro país. Sus aficiones pasan por “estar mucho tiempo en casa con mi novia, con mis perros Yanta y Pomo, con Pepe, con Riera y con toda la colonia española, que somos vecinos y nos juntamos para cualquier cosa”. Ve mucha televisión española. “Estamos al día de lo que pasa en España. Mis programas favoritos son ‘El encantador de perros’, César Millán, un fenómeno. También vemos Supernany y Callejeros”. Su parque móvil no es extenso como el de muchos futbolistas. Dos ‘todorrenos’ y un Mini. Le gusta ir de compras una vez cada cierto tiempo y comprar muchas cosas. Y en asuntos musicales aspira a hacerse con la discografía de los grupos que le han marcado en su cuarto de siglo de vida: “Me acaban de regalar por mi cumpleaños la discografía de Nirvana y de Sabina. Ahora me está dando por grupos o artistas que me han llamado la atención toda la vida e intento recopilar toda su obra como la de Andrés Calamaro, Sabina, Nirvana o Duncan Dhu. Canciones y grupos que oía de pequeño por mis hermanos, como el caso de Los Rodríguez”.
- ¿Cómo te han caído los 25 años?El tiempo pasa muy rápido. Hace ocho años que debuté, a los 17… Y no sé si me quedarán otros ocho o más. Ha transcurrido la mitad de mi carrera y no me he dado ni cuenta. Quiero aprovechar lo que me quede y disfrutarlo al máximo porque cuando pasen los años se acaban las oportunidades. Ahora que estoy en un buen momento en mi equipo, en la Selección, intentaré quedarme con cada detalle y cada recuerdo para el futuro.
- ¿Qué ha cambiado del Torres que debuta a los 17 años en el Atleti al de ahora ya con cuarto de siglo?Todo. La situación me ha obligado. Cuando empecé era una persona mucho más anónima, podía hacer muchísimas cosas que hoy en día no puedo hacer, pero también he ganado en otros aspectos. De esos años queda poco como jugador. He progresado y sigo aprendiendo. Y fuera del campo soy muy parecido y sigo con mi gente, con mis amigos, con mi familia, intentando que todo siga igual, manteniendo a los que siempre han estado a mi lado y cuidándolos para que no los falte de nada.
- Eres el primer futbolista que El Corte Inglés elige para una campaña de Emidio Tucci. ¿Cómo llevas eso de ser un icono de la moda?Me ha llegado en una época del fútbol en que es un extra más para los jugadores. No lo considero mi trabajo, lo considero algo aparte. No es algo que me encante ni me considero un icono, pero surgen posibilidades de hacer cosas así y si son bonitas y están bien cuidadas, como en el caso de El Corte Inglés, pues las hago. Pero, sobre todo, no quiero que me quite tiempo para el fútbol que es lo que me gusta y es mi profesión.
Torres recibe muchísimas ofertas publicitarias. Tantas que no da abasto: “Desecho muchísimas propuestas. Intentamos, mis asesores en Bahía Internacional y yo, hacer pocas y selectas. Desde que estoy en Liverpool me llama un montón de gente y lo primero que intentamos es que no me quite tiempo. Hago lo máximo que podemos hacer sin que nos quite tiempo para el fútbol, aunque tenga que decir muchas veces no”.
- Tercero en el Balón de Oro 2008 y tercero en el FIFA World Player 2008 , ¿te consideras el tercer mejor futbolista del mundo?Creo que esos premios son el resumen de un año. Estoy orgulloso de haber sido tercero el año pasado y después de haber vivido la gala, esa noche tan especial para un futbolista, espero poder repetir ese momento y volver a estar ahí e, incluso, superar esa posición, aunque sé que es complicado. Para repetir tengo que ganar títulos con mi equipo y con la Selección, pero tengo la suerte de estar en un equipo y una selección que aspiran a ganarlos.
- La Selección unió a todo el país tras el éxito en la Eurocopa, ¿cómo viviste aquello?¡Fue impresionante! Las sensaciones en el autobús desde el aeropuerto de Barajas hasta la plaza de Colón no se pueden expresar con palabras, fue muy emocionante ver a la gente de todos los equipos con la camiseta de España, con las banderas. En cada rincón de España hubo gente volcada con la selección, llenando las plazas, orgullosas de ser españoles. Fue una sensación de unión impresionante.
Entrevista de Javier Gómez Matallanas para VOGUE
Foto: J.A. Sirvent
fernado9torres.com
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