La suerte está echada

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Si no tiene el décimo en el bolsillo, ni lo intente. La suerte está echada. A las puertas de la Navidad ya es tradicional el sorteo de la lotería y hoy es el día de hablar del Gordo y también de la pedrea. Es jornada de ilusiones y también de decepciones. Igual que en el sorteo de octavos de final de la Liga de Campeones celebrado hace tres días. Estaba claro que no iba a llover a gusto de todos. Estaba claro que había rivales más duros y otros más asequibles. Lo que nadie se esperaba era un reparto tan desequilibrado. Barcelona, Villarreal y Atlético de Madrid se han encontrado con tres dulces para saborear durante toda la Navidad al emparejarse con Olympique de Lyon, Panathinaikos y Oporto, respectivamente. El desequilibrio llega con el Real Madrid. A perro flaco, todo son pulgas, y a fe que en este caso se ha cumplido. Andan los madridistas alicaídos pese al apurado triunfo frente al Valencia. Necesitan los de Juande y su afición noticias que endulcen el complicado momento que atraviesan y resulta que les toca el hueso del sorteo. Los madridistas se eliminarán con el llamado «Spanish Liverpool» de los Rafa Benítez, Fernando Torres, Xabi Alonso, Reina, Arbeloa y Riera. De los cuatro equipos españoles, sólo el Barça disputará la vuelta en su estadio, mientras que madridistas, atléticos y castellonenses deberán jugarse la continuidad en la máxima competición continental a domicilio. Más difícil todavía. A priori, la cuesta arriba la tienen los blancos, que seguro que jugarán extramotivados. Pero Barça, Atlético y Villarreal no pueden relajarse. Torres más altas cayeron. Ejemplos de que el pez chico se come al grande hay muchos y muy recientes. El Madrid, sin ir más lejos, hincó la rodilla en la Copa del Rey ante el modesto Real Unión de Irún, y el Villarreal hizo lo propio ante otro Segunda B, el Polideportivo Ejido. Por eso las eliminatorias están para jugarlas. El bombo europeo ya ha hablado y la suerte está echada. Falta que el terreno de juego decida.

España cierra su año más glorioso en cabeza del ranking de selecciones, según la clasificación FIFA. La «roja» no ha perdido partido en este 2008 y, además, ha ganado la Eurocopa. Es la número 1. Una buena manera de celebrar el cumpleaños -o aniversario, como prefieran- de la mayor gesta de la selección. Aquel 12-1 a Malta no necesita más explicaciones. Aquel 21 de diciembre de 1983 se paró un país ávido de noticias positivas. Necesitado de ilusiones. La España de Miguel Muñoz provocó la que probablemente haya sido la mayor explosión de júbilo jamás habida en la piel de toro. Superior, incluso, al logro del título europeo el pasado junio. Porque hace 25 años no había tanta dispersión de medios informativos y de posibilidades de ocio como ahora. Nadie entonó hace 25 años el «juntos, podemos» que llevó a la selección de Luis Aragonés a lo más alto; pero en el fuero interno de aquel legendario equipo empezó a germinar el espíritu del actual. Los Santillana, Rincón, Maceda, Sarabia y Señor dieron una lección entonces. Los Casillas, Puyol, Xavi, Iniesta, Cazorla, Villa y Fernando Torres son el ejemplo de esta generación. Feliz cumpleaños, vieja. Felicidades, «roja». Que cumplas muchos más.

Ni Alfred Hitchcock, el rey del suspense de mitad del pasado siglo, podría idear un guión mejor. Lo que sucede en el Real Madrid con sus fichajes da para un libro. O para un diccionario enciclopédico. Resultó sorprendente y rocambolesco lo sucedido este verano, al límite del cierre del plazo de fichajes, cuando, deprisa y corriendo, los blancos echaron sus redes a los asturianos Villa y Cazorla. Ni uno ni otro. El Real Madrid se quedó con las ganas de contratar a dos futbolistas que habían brillado con luz propia en la Eurocopa. Tienen ahora los blancos la posibilidad de reforzarse -las lesiones han mermado la plantilla y se han llevado por delante a Bernd Schuster- y su primera contratación fue un jugador ¡también lesionado! El delantero holandés Huntelaar ya está pagado, pero aún no se la ha visto la cara -o la pierna- sobre el terreno de juego. Y si eso les parece poco, el rizo se ha rizado. El pasado miércoles, a media mañana, el Portsmouth inglés anunciaba en su página web -el conducto oficial del club- el acuerdo total con el Real Madrid para el traspaso del centrocampista Lassana Diarra. Pero ni el resto del miércoles, ni el jueves, ni el viernes hubo más noticias al respecto. Parecía que al nuevo fichaje madridista se le había tragado la tierra. Este sábado Diarra reapareció y jugó los últimos 25 minutos del partido que enfrentó a su actual equipo con el Bolton Wanderers. El jugador llevaba un mes lesionado en el tobillo y reaparecía en un terreno de juego. Si el Portsmouth tenía un acuerdo con el Madrid, ¿por qué se arriesgó a una posible recaída del jugador? ¿Fue una manera de forzar al Real Madrid para llegar a un acuerdo con el futbolista? Ayer la web madridista -conducto oficial para comunicar las buenas nuevas- confirmó la contratación del «otro» Makelele, eso sí, a expensas del reconocimiento médico. Sorpresa, sorpresa. Que venga Hitchcock y haga una película con los misterios del Madrid. Daniel Parejo, el centrocampista del filial que regresa del Queens Park Rangers después de cuatro meses de cesión, puede oficiar de actor secundario.

La semana pasada se presentó la Vuelta a España de 2009. Por llamarla de alguna manera. La ronda española ha dado una vuelta de tuerca a los principios que acuña con su nombre. Se va a iniciar el 29 de agosto en Holanda, donde discurrirán dos etapas más, y una cuarta jornada por Bélgica antes de pisar territorio español. Los intereses económicos tienen la culpa. Nada que objetar a eso. Pero entonces que no la llamen Vuelta a España. Digamos que es una carrera ciclista que en su gran mayoría discurre por territorio español. Nada más. Porque en 2009 ni siquiera dará la vuelta a España. Asturias se ha quedado fuera del recorrido. Ni Lagos, ni Angliru (la etapa más vista este año), ni Valgrande-Pajares. Con razón sus organizadores han calificado el recorrido de «innovador y revolucionario». Para un deporte que se está extinguiendo en audiencias y seguimiento, prescindir de etapas como la del Angliru y llevar la carrera a los Países Bajos y Bélgica no parece la mejor solución. La suerte está echada con un recorrido muy montañoso, aunque sin Asturias. El próximo septiembre tendremos el desenlace.

El indigno campeón del mundo de Fórmula 1 de este año, Lewis Hamilton, empieza a ver la que se le viene encima en 2009 y quiere curarse en salud. «Con las nuevas reglas, va a ser más difícil ganar», ha dicho el británico, quien, refiriéndose a Renault -no quiso citar a su ex compañero y principal pesadilla, Fernando Alonso- advirtió: «Quizás haya un cuarto equipo con nosotros en la lucha». Los cambios en la reglamentación que se introducirán en la categoría reina del automovilismo priman a los grandes pilotos. Hamilton es uno de ellos, pero nadie como Fernando Alonso para sacar rendimiento ante cualquier circunstancia. Esto de la Fórmula 1 es lo más opuesto a un sorteo de lotería. Aunque el factor suerte influye, que no lo confundan con el saber. Y Alonso sí que sabe. Lo ha demostrado con creces.